FUNDACIÓN MACHADO
INTRODUCCIÓN
La Fundación Machado estrena una página web pero ella es la misma que naciera en 1987 de la mano de un grupo de personas que retomaban la senda de aquellos humanistas que hace 140 años decidieron poner en valor cuanto el pueblo, la gente, un ejército, entonces de mujeres y hombres iletrados había ido creando y conservando con los mimbres frágiles, flexibles, maleables y duraderos de la memoria.
Aquel grupo de intelectuales, discípulos de Herbert Spencer y, en su mayoría, incardinados en la Universidad de Sevilla creaba la Sociedad “El Folk-Lore Andaluz”, la Ciencia Popular de Andalucía. Estaba constituida por Antonio Machado Álvarez Demófilo, su padre Antonio Machado Núñez, Alejandro Guichot, Manuel Sales y Ferré, Francisco Rodríguez Marín, Luis Montoto… Todos ellos pusieron manos a la obra de recoger cuantas muestras pudieron de literatura, usos, costumbres, rituales, leyendas, mitos y ritos que habían llegado a su tiempo pasando de generación en generación.
El Saber Popular, la Cultura de Transmisión Oral fue, confirmando aquello de que no hay mal que por bien no venga, la fortuna que Andalucía comenzó a amasar en el siglo XVIII con las manos pobres de la Decadencia y al margen de las instituciones académicas. En esa fragua forjó sus rasgos identitarios: el nacimiento de la corrida moderna, el del flamenco la plasmación de sus formas de religiosidad popular y, de manera especial, las de la Semana de la Pasión. Yendo a contrapié, en cada uno de ellos labró las labores finas que transmutaron lo artesano en artístico y convirtieron simples reglas en arquetipos.
Aquella institución no fue un acontecimiento aislado, al margen de la vida intelectual de nuestro país. Por entonces nacieron también la Institución Libre de Enseñanza de la mano del rondeño Giner de los Ríos y otros profesores expulsados de la Universidad de Madrid por un gobierno muy conservador, el Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla y otras varias instituciones que tenían en común una visión social similar, el propósito de romper con la impermeabilidad de la sociedad española superando el escolasticismo intelectual y volver a poner lasa bases que la unieran a Europa. Todas ellas fueron las precursoras de una etapa nacional tan importante como la “Edad de Plata”.
Hoy, a una España que, tras la consecución de la Democracia, la integración en Europa y la asunción de la moderna tecnología ha cambiado sustancialmente, han llegado nuevas formas de abordar lo que continúa siendo nuestro objetivo, la Cultura de Transmisión no escolástica, con una importancia incalculable en Andalucía, inmensamente mayor de la que tenía en tiempos de Demófilo y sus compañeros, y a la que ya no amenazan la incuria o la ignorancia. Está expuesta sin embargo a la banalización y el consumismo.
A seguir manteniendo el Folk-Lore, el Saber del Pueblo convertido en Rasgos Identitarios situados en el ámbito intelectual en el que lo situaron nuestros predecesores y abiertos a todo el mundo como corresponde a cuanto un futuro de progreso demanda, es a lo que se debe que la Fundación Machado, superando dificultades de todo tipo, siga esforzándose en cumplir una misión importante con la ayuda de las administraciones públicas, de instituciones privadas sin ánimo de lucro y de innumerables amigos animados por el mismo fin.
Antonio Zoido